¿Cómo piensas hacerlo?

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Se acaba el año y con él un montón de cosas que han ido pasando en todo el 2012. Al parecer, los Mayas no predecían el fin del mundo. Eso dicen los expertos. Lo que vaticinaban era un cambio de ciclo, un cambio de mentalidad…ojalá. Buena falta nos hace a todos. El final del “hombre del trigo”, eso somos nosotros, hombres de trigo. No nos iría mal un cambio, pero me temo que estas cosas llegan con el tiempo, no de un día para otro.
Lo que sí sabemos es que necesitamos un cambio profundo a todos los niveles, un cambio en lo social, comportaría un cambio a todos los niveles. Nuestra sociedad occidental moderna y desarrollada parece que ha tocado techo. Quizá los últimos movimientos sociales son la ignición de algo nuevo, el comienzo de algo, lamentablemente esos cambios se contemplan con los años y lamentablemente no suelen ser tranquilos paseos en barca.
Por lo menos en la memoria colectiva de nuestra sociedad queda el recuerdo de lo que no debe repetirse, nuestra generación recordará estos años, como otras recordaron la gran depresión o las posguerras. Es una lástima que la memoria siga sin impedir que los sucesos vuelvan a repetirse por otras generaciones. Espero que en la nuestra sí lo haga.
Es el momento de entender la vida de otra forma, de preocuparse por el “cómo” y no por el “cuándo”, de interesarse en el “porqué” y no tanto en el “qué”. Es el momento de disfrutar de las cosas por cómo las hacemos. En estas últimas décadas parece que hemos perdido algo de todo eso, lo importante era llegar, sin importar cómo, lo importante era saber el qué, sin preocuparnos por el porqué. Es el momento de pensar cómo vivimos, como trabajamos, cómo nos relacionamos.

La mar te enseña mucho del cómo. Al viento le importa poco el cuando. Por qué cuándo estás ahí fuera navegando, entre el mar, el viento, el sol y el cielo, poco importa cuando quieras llegar a tu destino. Debes preocuparte por el cómo lo vas a hacer. Y cuándo aprendes a vivirlo así, empiezas a disfrutar de cada momento de la travesía y aprendes que lo esencial está en cómo vives y no dónde o cuándo llegarás. Eso sólo dependerá de cómo lo hagas.

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