Tecnología y emociones encontradas en el mundo inmobiliario.
Allá por dónde voy escucho hablar de las compañías tecnológicas que invaden poco a poco el panorama inmobiliario nacional, como antes hicieron en otros países con mayor o menor éxito. Nos acercamos a la era de la Inteligencia Artificial a pasos de gigante. Numerosas compañías invierten millones de dólares en el desarrollo de logaritmos capaces de interpretar el mercado, los valores de las propiedades, el umbral de rentabilidad, anticiparse a los mercados emergentes y un sinfín de aplicaciones diseñadas para comunicarse con los clientes, más rápido, más eficazmente, con más información y en definitiva mejor.
Es cierto que la tecnología, en general, ha resultado beneficiosa para la humanidad, pero también es cierto que el impacto en la vida de millones ha sido dramático. De hecho, los los investigadores del MIT Erik Brynjolfsson y Andrew McAfee en su libro La carrera contra las máquinas (2011) y en “La segunda era de las máquinas (2014)” pronostican que debido a la tecnología, en el futuro millones de personas quedarán sin empleo: “Las máquinas ya no solo realizan tareas repetitivas y rutinarias, sino que cada vez son más capaces de realizar cosas que antes se nos antojaban imposibles como conducir vehículos, diagnosticar enfermedades u ofrecer asesoría financiera”, señala McAfee.
A la mayoría de nosotros se nos antoja un mundo distante. Algo fuera de nuestra esfera que poco nos influye porque pensamos en pesados robots industriales. Se calcula que en 2020 existirán casi tres millones de robots concentrados en su mayoría en el mundo de la electrónica, del automóvil, en la industria, y el procesamiento de metales. Como mucho somos conscientes de la presencia de los robots domésticos, no solo lavadoras y electrodomésticos tradicionales, también robots barredora, robots de cocina, gestión domótica etc. También asistimos atónitos a los drones automatizados de UBER para transportar mercancías. Un proyecto real que ya existe en Texas y del que pronto escucharemos hablar, al igual que los camiones sin conductor y las plataformas logísticas robotizadas que ya existen desde hace años. Pero a fin de cuentas lo vemos como algo que nos evita realizar trabajos pesados y repetitivos. Son por tanto vistos como algo beneficioso.
Pero la preocupación crece cuando se habla de inteligencia artificial (IA). El concepto ROBOT se ha redefinido. Ya no se trata de un pesado cacharro metálico distante y costoso. Los más poderosos robots que llegan no tienen forma física. “La inteligencia artificial se está convirtiendo en la nueva electricidad” afirma Andrew NG, profesor de la Universidad de Stanford y pionero en el campo de la Inteligencia artificial. En el 2011, fundó el proyecto Google Braun en Google, el cual desarrolla una red neuronal a gran escala usando la infraestructura de computación distribuida de Google. Entre otros de sus hechos notables está una red neuronal entrenada usando algoritmos de Aprendizaje Profundo en 16.000 núcleos de CPU, los cuales aprendieron a reconocer conceptos de alto nivel, solo con ver videos en YouTube. (2012).
La clave está en el desarrollo del “Aprendizaje Profundo” como fórmula de implementar la inteligencia artificial (IA).
El portal Zillow y la Tecnológica inmobiliaria HouseCanary desarrollan el algoritmo de valoración con menos % de margen de error. Mientras que las valoraciones tradicionales registraban márgenes de error de entre el 10 y el 15%, el “Zestimate” de Zillow parecía estar en torno a un 9.6% de margen de error. Debido entre otras a la aparición de muchísima más información hiperlocal, que permite acertar cada vez con mayor precisión. Incluyendo valor online presente y un pronóstico de futuro en permanente variación según la evolución local que los algoritmos calculan. Manejando datos de censos, catastros, registros, anuncios, etc. Todo un debate polémico para un país con más de 74.000 tasadores valorando a mano en la actualidad.
La asistente virtual de la empresa americana Conversica, conocida popularmente como Amelia, resuelve exitosamente 6-7 de cada 10 llamadas, contesta a los emails con un lenguaje humano y cercano, aprende en pocos días, se adapta a su interlocutor, trabaja las 24 horas, 7 días por semana y se calcula que este tipo de IA podría dejar sin trabajo a cerca de 250 millones de personas en los próximos años.
Adobe VOCO reproduce perfectamente la voz de un ser humano utilizando la entonación y el sentimiento adecuado en cada palabra, llegándote a costar diferenciar si es humano o máquina cuando está al teléfono.
Y claro, es en este plano y con estos datos cuando los profesionales de cualquier sector empiezan a mirar de reojo este asunto de la tecnología. La primera clave de todo este asunto la encontramos en Jeff Turner, al que he tenido el placer de escuchar personalmente en 3 ocasiones y de mantener con él alguna que otra animada charla. “Si tu valor profesional es meramente transaccional, tu valor continuará decreciendo tanto como irá creciendo el valor de la Inteligencia artificial”. Es decir, la inteligencia artificial sustituirá rápidamente todo lo automático, lo repetitivo, lo procesable y automatizable, lo transaccional.
Con un mercado mundial de Inteligencia Artificial Global que crecerá de 480.94 millones de dólares en 2015 a 5,394.87 millones para el año 2022. Se ha convertido en el mercado con más futuro del mundo.
La segunda clave la da Rick Robinson, director tecnológico de la multinacional AMEY:
“Cuando la mayoría de la gente piensa en lo que nos define como seres humanos, como seres vivos, nos referimos a algo que va más allá: no solo la inteligencia necesaria para tomar decisiones basadas en el conocimiento contra un conjunto de criterios y objetivos, sino la voluntad y la capacidad para elegir esos criterios y objetivos basados en un sentido de valores aprendidos a través de la experiencia; y la empatía que surge de los valores y experiencias compartidos.”
La inteligencia emocional, popularizada por Daniel Goleman, es la clave para el éxito en la vida personal y profesional de las personas, como viene siendo demostrado incluso en los centros docentes españoles. Por ese motivo algunas personas con un alto coeficiente de inteligencia sufrían y eran desgraciados en el pasado mientras otras personas parecían disfrutar del éxito personal y profesional con coeficientes mucho menores.
Nuestra esperanza como agentes inmobiliarios que se relacionan con personas a diario, en una sociedad donde la automatización se incrementa tan rápido es la realidad que ya se produce hoy en día y que algunos se resisten a abrazar; aquellas personas capaces de conectar genuinamente con los demás son cada vez más valorados y no menos.
Sólo desde esa perspectiva, la tecnología es una gran aliada. Porque nos permite ahorrar tiempo para focalizarnos en aquello que sólo nosotros podemos hacer con otros humanos: conectar. Desde este estado de comprensión de nuestra realidad abrazar la tecnología es nuestra única salvación, por que la combinación de humano + tecnología será siempre mayor que sólo la tecnología.
Vicente Beltrán
CEO Realmark e Instructor CRS España
API, Realtor
En la actualidad vicepresidente y presidente fundador de MLS Valencia SIC
Ex-vicepresidente Portavoz del COAPIV